Medición de calidad del aire, olores, fibras y partículas

El ambiente interior está de promedio entre 2 y 5 veces más contaminado que el espacio exterior, de allí la importancia de fomentar un hábitat saludable para vivir y trabajar que prevenga enfermedades.

Las mediciones del aire y el polvo promueven evitar la presencia de tóxicos y los malos olores en los espacios interiores.

¿Qué beneficios aporta?

Un hogar con el aire más limpio previene los síntomas más comunes: asma, alergias, rinitis y bronquitis.

También previene las enfermedades que causan las partículas finas como daños hepáticos y renales, trastornos nerviosos, infecciones, alergias, anemia, deformaciones óseas y cáncer.

Vivir en un espacio saludable, sin tóxicos ni alérgenos, ayuda a tener buena respiración. El sistema nervioso se relaja y la mente se libera. Las mediciones profesionales promueven un espacio que favorece la salud de las personas.

Metodología de la medición de tóxicos

Diagnóstico

Aplicamos el estándar del Institut für Baubiologie y AGOF. Son referencias internacionales de salud en el hábitat.

Nos desplazamos a tu vivienda u oficina. Evaluamos los contaminantes del aire y del polvo de todos los espacios mediante aparatos técnicos, toma de muestras para laboratorio y cultivos.

Corrección

Asesoramos sobre la mejor solución para cada contaminante.

Se proponen acciones para eliminar las fuentes de contaminación detectadas.

En caso necesario, se proponen sistemas de monitorización para asegurar que los resultados se mantienen.

Espacio saludable

El espacio interior deja de ser una causa de enfermedad.

Un hábitat más saludable ayuda a las personas a recuperarse progresivamente de los síntomas.

El nuevo ambiente aporta salud y buena respiración. En empresas se incrementa la productividad.

¿Qué factores se valoran?

Formaldehido

Seguramente la sustancia tóxica más común en espacios interiores. Clasificado como cancerígeno y conocido por sus propiedades mutágenas, neurotóxicas, sensibilizantes y alérgenas.

Suele formar parte de productos de higiene y cosmética, donde emana con bastante rapidez.

No obstante, en los tableros aglomerados como la melanina, que constituyen la fuente principal de emisión en espacios interiores, se desprende lentamente durante años.

Amianto

Miles de personas han muerto por exposición a estas fibras sintéticas microscópicas conocidas como asbesto o uralita.

Anteriormente se utilizaba en productos de la obra o la vida diaria, como pavimentos, cubiertas onduladas, canalizaciones o baldosas por su bajo coste.

Puede provocar enfermedades del aparato respiratorio, incluido el cáncer de pulmón y la asbestosis, una fibrosis pulmonar. Estos efectos pueden aparecer hasta 20 o 30 años después de exposiciones prolongadas.

Metales Pesados

Algunas veces pueden encontrarse metales pesados problemáticos como mercurio, plomo, arsénico o cadmio en el polvo de viviendas y oficinas.

Son contaminantes que se depositan y acumulan en los riñones, los huesos o la piel (especialmente en el tejido graso subcutáneo) y sus efectos suelen tardar años en aparecer.

Pueden causar daños hepáticos y renales, trastornos nerviosos, infecciones, alergias, anemia, deformaciones óseas y cáncer.

COV Compuestos volátiles

Productos artificiales como los disolventes o los terpenos son causa común de alergias y malos olores. No obstante, el peligro que constituyen va más allá, pues algunos de ellos son potencialmente cancerígenos, como el benzeno.

Se trata de una gran variedad de contaminantes que tienen una característica común, productos muy transformados y alejados de la naturaleza.

Se encuentran principalmente en barnices, pegamentos, pinturas y productos de limpieza.

Plastificantes y pesticidas

Incluyen plastificantes, insecticidas, fungicidas, protectores de la madera, dioxinas y retardantes de llama.

Podemos encontrarlos en PVC, moquetas, alfombras o barnices.

Se trata de sustancias poco volátiles que se adhieren a las superficies y contaminan el polvo durante años y décadas.

Son tóxicos peligrosos, especialmente los pesticidas. Los órganos más afectados suelen ser el hígado y los riñones.

PM25 Material particulado

Es una mezcla de sustancias de diminuto tamaño que constituye el contaminante del aire más peligroso para la salud humana.

Las mediciones se centra en localizar las fuentes de las partículas de menor tamaño (inferior a 2,5 micras). Estas partículas pueden llegar a los alvéolos pulmonares y desde allí a todo el cuerpo.

Su exposición crónica, además de causar alergias, agrava el riesgo de desarrollar cardiopatías y neumopatías, así como cáncer de pulmón.

Moho

En los espacios cerrados se pueden detectar hongos del moho. Normalmente no se ven a simple vista y cabe buscarlos en un cultivo. En el momento en que son visibles nos encontramos ante grandes colonias.

Son frecuentes en las paredes frías de fachadas, donde la humedad es superior, y desde allí esparcen sus esporas al aire.

Sus efectos en la salud se producen principalmente en las vías respiratorias, en forma de alergias o infecciones, como por ejemplo bronquitis.

Gas radón

El gas radón es un contaminante habitual en hogares y oficinas. Constituye la segunda causa de cáncer de pulmón.

Es un gas incoloro, inoloro e insípido. Se desintegra en partículas radiactivas de polonio y plomo que se adhieren a las partículas de polvo que respiramos.

Se filtra a través de los materiales de construcción que están en contacto con el terreno y se concentra en los espacios ubicados en las plantas más bajas y los sótanos.

Ácaros

Son unos organismos diminutos emparentados con las garrapatas y los arácnidos. Constituyen un alérgeno muy común en las viviendas.

Les encantan los ambientes húmedos y su hábitat son los colchones, almohadas, muebles tapizados, osos de peluche, cortinas y alfombras.

Los ácaros, y principalmente sus excrementos, pueden afectar las vías respiratorias, normalmente en forma de alergias, bronquitis, asma o rinitis.

Soluciones

Los valores límite recomendados por la normativa vigente en España no permiten identificar la mayoría de sustancias tóxicas presentes en los espacios interiores, y en consecuencia, los problemas que estas originan.

En caso de que los tóxicos del aire y el polvo superen los límites recomendados por el Institut für Baubiologie y AGÖF se proponen acciones para reducir la presencia de contaminantes ambientales en viviendas y oficinas.

Identificadas las fuentes de contaminación se propone su sustitución, normalmente por elementos más naturales y cercanos a la naturaleza, o eliminación. En caso que no sea posible, se proponen acciones alternativas, como la purificación del aire o el apantallamiento de las fuentes de emisión.