Diagnóstico

• Se detectó una deficiencia en la instalación eléctrica: la toma de tierra no estaba conectada correctamente. Además de ser peligroso en caso de cortocircuito, contribuía a generar un campo eléctrico ambiental que formaba una vivienda poco confortable.
• El aire contenía tóxicos químicos.
• Los cierres y los materiales de construcción eran estancos al paso de vapor de agua y contribuían a mantener altos índices de humedad, ya que no dejaban salir al exterior el vapor de la cocina y el baño. La alta humedad favorecía la proliferación de moho, detectado en un cultivo, y de ácaros, de los que se encontraron excrementos en las butacas y los colchones.
• A la vez, la cámara térmica ayudó a identificar que la fachada no estaba bien aislada. Las paredes interiores eran frías y también reducía el confort.
• Finalmente, una corriente de agua subterránea cruzaba de punta a punta de la vivienda e incluía zonas de descanso en su trazado.

Solución

• Primero de todo se requirió de contactar con un electricista: había que conectar la toma de tierra.
• La resolución necesitó un análisis de los materiales de la envolvente del edificio. Un nuevo revestimiento de las paredes exteriores ayudó a regular la humedad y mejoró el confort térmico. A su vez, también mejoró la eficiencia energética.
• Asimismo, se eliminaron fuentes de emisión de tóxicos químicos y se propuso un protocolo de ventilación específico para reducir aún más su presencia.
• Con respecto a la corriente de agua la acción propuesta consistió en desplazar las butacas del comedor para favorecer un mejor descanso.

Resultado

Una vez realizados todos los cambios, la vivienda es ahora más confortable.

Los nuevos niveles de humedad ya no son favorables a la proliferación de hongos y ácaros. Los problemas respiratorios de Marta se han terminado.